La Arquitectura como Composición
- adrianavalladares6
- May 15
- 3 min read
Updated: May 18
Alondra Burgos Medina
Laura P. Burgos Lebrón
Sergio J. Méndez Torres
Adriana E. Valladares Méndez
ARQU4146-002
4 de abril de 2025

La arquitectura como composición es una disciplina que parte de una idea básica, que se realiza en una serie de formas y estructuras que se van formando a medida que se desarrollan. Los edificios no son solo construcciones de muros y techos; son piezas organizadas que interactúan con el entorno. Dos ejemplos clave de cómo la arquitectura se desarrolla a partir de una idea básica son el Guggenheim de Frank Lloyd Wright y el Kursaal de Rafael Moneo. Ambos edificios, aunque con formas distintas, se ajustan a su emplazamiento de manera única. El Guggenheim se adapta al terreno de Nueva York de una forma que refleja la fluidez de sus curvas, mientras que el Kursaal, en San Sebastián, se plantea como una intervención que responde a la topografía de la ciudad y el mar, creando una relación entre el paisaje y la arquitectura a través de un lenguaje geométrico específico.
El concepto de la evolución de la forma, tal como se visualiza en los Shape Grammars, se refiere a la posibilidad de generar variaciones y transformaciones a partir de un conjunto inicial de reglas o patrones. Este concepto se ve reflejado en la forma en que los arquitectos aplican la gramática de la forma para crear variaciones que se ajusten a diversas necesidades. En lugar de ver la forma como un resultado final, las Shape Grammars sugieren que la forma puede evolucionar y transformarse dentro de un sistema de reglas. Las variaciones en el diseño de un edificio como el Guggenheim muestran cómo una idea simple puede generar complejas configuraciones espaciales, mientras que el Kursaal muestra un enfoque en donde la forma es el resultado de una serie de decisiones basadas en la necesidad de integrar el proyecto con su contexto cultural.
Darcy Wentworth Thompson, en su obra “Growth and Form”, profundiza en la idea de que los principios evolutivos de Darwin, aplicados a la biología, también tienen relevancia en el ámbito de las formas arquitectónicas. Thompson explica que, aunque la teoría de Darwin es válida, la verdadera comprensión de la evolución de las formas solo se puede alcanzar observando la realidad de la naturaleza y cómo evolucionan bajo la influencia de su entorno. Este enfoque se relaciona con elementos de la arquitectura, ya que el diseño de un edificio no es solo resultado de una idea inicial, sino de la integración de esa idea con el contexto físico y cultural. Al igual que las especies evolucionan para adaptarse a su entorno, los edificios también deben evolucionar para responder a sus condiciones especiales. Los Shape Grammars permiten explorar cómo, a partir de una idea básica, se puede genera las variaciones necesarias para que la forma arquitectónica se ajuste a la función y acople al contexto.
Finalmente, en el capítulo 5 de “El Orden Frágil de la Arquitectura”, se discute cómo la aplicación del contexto y la física a las ideas evolutivas de Darwin nos permite entender cómo las formas en arquitectura, al igual que en la naturaleza, surgen como una respuesta a factores específicos. La integración con el entorno y la adaptación a necesidades sociales guían la evolución de un diseño arquitectónico, lo cual permite la configuración de formas, donde la funcionalidad y estructura interactúan constantemente. Por lo tanto, la arquitectura, al igual que en el caso de la biología, muestra un orden que es al mismo tiempo flexible, capaz de evolucionar y adaptarse a medida que surgen nuevas ideas y condiciones.
Referencias:
3121-4146, http://www.isado.net/.
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